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Pasos hacia el si quiero

Toda ceremonia, tanto si es civil como si es religiosa, tiene un protocolo que los novios deben seguir para formalizar el enlace. Hay ciertas partes que, aunque con los nuevos tiempos, se han adaptado o evolucionado es importante que se conozcan para desarrollar una ceremonia religiosa católica, por ser ésta la más común entre los españoles.

Es recomendable que la pareja que vaya a contraer matrimonio se reúna antes con el sacerdote para preguntarle todas sus dudas y acordar la mejor manera de proceder con el protocolo evitando posibles confusiones durante el acto oficial. Pero ¡vayamos por partes!

La entrada de la novia

La ceremonia comienza , lógicamente, con la entrada de la novia en la iglesia pero, una vez se encuentra la pareja en el altar, lo siguiente es el saludo del sacerdote, dando la bienvenida a los novios y a sus familiares y amigos. Es frecuente que aproveche este momento para explicar en qué va a consistir el enlace así como para pedir a los presentes que mantengan una actitud respetuosa con la pareja. Tras la presentación, comienza la ceremonia con la liturgia de la palabra.

Lecturas

Los novios son quienes elijan la lectura que leerán algunos de sus familiares o personas más allegadas. Se suele optar por lecturas que hagan referencia al amor o a la vida en pareja pero también se puede leer la lectura que corresponda a ese día. Tras ellas, el sacerdote lee el evangelio y explica su contenido en la homilía. Una vez llegado a este punto, da comienzo la celebración del matrimonio propiamente dicha y lo primero es manifestar públicamente que la pareja acude de forma libre y sin presión de ningún tipo al enlace.

Los votos

Una vez confirmado, la pareja puede elegir entre dos opciones para sellar de manera pública su compromiso. La primera es respondiendo al sacerdote que preguntará a cada uno de los novios si quieren recibir como legítimo esposo o esposa a su pareja y promete «serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza; y así amarla y respetarla todo los días de su vida?«. A lo que sólo queda contestar: «sí, quiero«. La otra forma, más personal, es que sean los propios novios quienes escriban y pronuncien sus propios votos.

La fórmula más común es: «Yo, (nombre del novio o de la novia) te quiero a ti como legítimo (esposa o esposo) y me entrego a ti. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida«. Ambos cónyuges debéis repetir esta frase. Una vez hecho público el compromiso, es el momento de los anillos y la entrega de las arras. Suele ser primero el novio quien le pone el anillo a la novia mientras pronuncia: «recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti«. A continuación, la novia repite el mismo gesto y las mismas palabras.

Las arras

Las arras son tomadas de la bandeja por el sacerdote y las pone en manos de los novios que al entregárselas mutuamente recitan: «Recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir». Y, por fin, el momento de la bendición al matrimonio que acaba de oficiarse por parte del cura para que tengan una larga y feliz vida en común.

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