Ya hemos comentado anteriormente que la música es una parte fundamental de vuestra boda a la que en ocasiones no se le presta la debida atención. Pero una pregunta que os surgirá sin duda una vez que hayáis decidido poneros en manos de profesionales es: ¿a quién contrato para la música: un grupo, una orquesta, o un disc-jockey?
Grupos y orquestas
Recurrir a un grupo de música de un estilo concreto como podría ser Bossa Nova, Jazz, Chill Out, Clásica, tipo Folk o de música asturiana con gaiteros, puede ser una manera muy original de darle un toque bastante personal a vuestra boda, y sin duda con la elección correcta puede constituir un acompañamiento perfecto para algunos momentos como pueden ser un cóctel, acompañar el banquete o la salida de los novios de la ceremonia.
La elección de un grupo musical de estas características añade además cierto toque de elegancia a la celebración, aunque tiene el inconveniente del coste añadido que puede suponer, ya que lo normal es que este tipo de grupos toquen sólo como acompañamiento, pero no durante el baile, para el que resulta más conveniente recurrir a orquestas y grupos que interpretan temas de todo tipo.
Otra cuestión a considerar si vamos a elegir un grupo que toque determinado tipo de música, es tener en cuenta que las canciones que interpreten puedan ser del gusto general de los invitados, que es lo principal a tener en cuenta si os decantáis por esta opción. Esto va a condicionar vuestra elección tanto del grupo como del tipo de música.
Si descartáis un grupo de este tipo y optáis por la típica orquesta, resulta fundamental hablar con ellos antes de la ceremonia y que os muestren su repertorio de temas, cuidando que sea lo suficientemente variado para que se adapte a todo tipo de públicos y que cuenten con la experiencia suficiente para saber animar el baile y adaptarse a las demandas de los invitados o a cualquier posible imprevisto que pueda surgir. A menudo lo primero que se recuerda de una boda es el ambiente que hubo durante el baile, por lo que resulta fundamental saber elegir bien el grupo musical que va a amenizar el evento.
¿Y un DJ?
Otra opción que cada vez se impone con más fuerza, tanto por ser más económica como porque puede ser una buena forma de animar el baile sin preocuparos por el repertorio musical del grupo o la orquesta en cuestión, es la contratación de un disc-jockey, o DJ.
El disc-jockey es una persona que se ocupa de pinchar CDs de música durante el baile combinando temas de diferentes estilos para conseguir que todos los invitados disfruten, sabiendo adaptarse en todo momento a sus demandas y preferencias y teniendo en cuenta las diferentes edades y gustos musicales de los invitados de una boda.
Las ventajas de contratar un DJ son que puede ofrecer un amplio repertorio de música capaz de amoldarse de forma mucho más fácil que un grupo o una orquesta a los gustos de los participantes en el baile y al ritmo que estos vayan marcando. Un buen DJ profesional –que a menudo combinan la música también con la animación- puede alegraros el baile y dejar un estupendo y divertido recuerdo en los invitados de vuestra boda, aunque quizás haya quien considere que un conjunto musical tocando en directo es más vistoso y algo más típico para una boda.
En cualquier caso sea cual sea vuestra elección seguid nuestro consejo: recurrid a profesionales con experiencia, y si es posible buscad opiniones o referencias de quien vayáis a contratar. Es muy importante además que el equipo de música con que cuente el local o el restaurante sea el adecuado para conseguir un sonido óptimo, sin interferencias ni acoples; una mala sonorización no corregida a tiempo puede provocar molestias a los invitados y arruinar cualquier baile. Si además se combina con un buen equipo de luces, el resultado final será perfecto.